martes, 13 de abril de 2010

Los límites del Lenguaje Revolucionario Latinoamericano

Una de las coincidencias en el discurso de los revolucionarios latinoamericanos es la preocupación por el lenguaje establecido, es decir, por la memoria histórica. Ese lenguaje, para los revolucionarios, implica complicidad y estabilidad a todo proceso social anterior, y quizá ello sea uno de los motivos de los filtros sobre el uso de Internet que quiere Chávez. Pero, qué armas tienen los revolucionarios para disminuir esa “ventaja burguesa”: La imagen & el mensaje.

Por un lado imágenes como la barba, la camisa roja o el tocado indígena, funcionan como símbolo que separa y da pertenencia temporal; por otro, los mensajes como: “U AH, Chávez no se va”, “llegó el comandante y mandó a parar”; convierten al discurso revolucionario en lazo de unión que instituye un tipo de comportamiento que cobra y paga. Una especie de mercado, como diría Marx, donde existe un medio de producción (los fabricantes del mensaje) y una fuerza de trabajo (los compradores del mensaje); todo un sofisticado social-capitalismo donde se paga con trabajo y protección.

Pero los líderes revolucionarios no tienen, ni pueden tener, la exclusividad del discurso aunque lo usen como si la tuvieran, saben que siempre es social y no individual; porque lo individual es lo privado y la única propiedad privada es la cosa, y el lenguaje no es ni individual ni cosa. Y es aquí donde sus seguidores imponen límites de acción, porque saben que trascienden al individuo, es decir, no ignoran que dejan de participar en la “fabricación” del discurso, pero que determinan esa nueva realidad social.

Morales, como Castro o Chávez tienen, obligatoriamente, que pensar que sus seguidores, no “los gusanos” ni “los apátridas”, interpretan exactamente igual la realidad contra la que luchan, que son un grupo de decisión de referencia mundial que va más allá del socialismo soviético o chino; que son oposición al reposo y a la fiesta, que no van al motín sino a la solución del conflicto, y que darán valor a la vida como vida misma y no como un valor económico intercambiable. El lenguaje revolucionario puede cambiar de forma (el uniforme verde por el traje), pero el contenido siempre es idéntico: Redundante, informal, inflexible, universal, histórico y heroico.