domingo, 21 de noviembre de 2010

La decepcionada Generación Y

Nacidos en los 80, son considerados los más preparados pero no encuentran trabajo y, quienes han tenido la suerte de hallarlo, están realizando labores como administrativos, camareros motorizados o taxistas. Esta crisis ha desplazado su futuro económico y profesional porque reciben salarios de crisis, mientras que sus colegas, que entraron en el boom económico, perciben salarios de bonanza. De ellos, quienes carecen de experiencia laboral, al horizontalizarse el mundo del desarrollo empresarial, han visto sus probabilidades de ascensos minimizadas, impidiendo el desarrollo de sus habilidades.


Lisa Kahn, profesora de Economía de Yale, hizo un seguimiento de los salarios de quienes salieron de la facultad antes, durante y después de la recesión de los 80. Evaluó cómo quienes habían encontrado trabajo en un periodo económico malo se situaban en relación a los que se habían formado en tiempos mejores. Los que se habían formado durante la recesión ganaban de un 6% a un 8% menos el primer año de trabajo en comparación con los que se habían formado en tiempos de progreso económico; 15 años después los que habían salido de la facultad en el periodo de recesión ganaban un 2,5% menos. Otro estudio similar es el de Marco Von Wachter, profesor de Economía de la Universidad de Columbia. Wachter observó a un grupo de graduados canadienses que entró en el mercado laboral entre los años 1976 y 1995, períodos de recesión y crecimiento canadiense. La investigación reveló que quienes se habían formado durante la recesión tuvieron, pérdidas salariales iniciales del 10%, que esas pérdidas desaparecieron una década después y, que las ganancias diferían según la especialización y la escuela donde se había estudiado. "Los que se habían formado en escuelas mejores y los que se habían especializado en áreas con más contenido en matemáticas tuvieron más éxito”.


Al fallar la expectativa de encontrar un mundo donde ganar mucho dinero, la Generación Y, ha visto quebrarse su autoestima, pero ha desarrollado habilidades diferentes: son más flexibles en sus horarios y desplazamiento geográfico, más decididos en la búsqueda, tienen más confianza en el cara a cara, están más y mejor informados y, han dejado la lógica para ser mejores negociadores.