sábado, 2 de abril de 2011

Fondo Monetario Internacional: Consejos a las Américas

La economía estadounidense ha seguido recuperándose gracias a las inyecciones de capital en las instituciones financieras y esto ha ayudado a mejorar la demanda de vehículos y viviendas aunque la construcción residencial y el empleo continúan deprimidos. Para América Latina y el Caribe esta recuperación, la europea y la potente economía de los países emergentes no sólo le ha beneficiado en sus exportaciones de materias primas como el petróleo, la soja y el cobre, sino que ha consolidado una mayor independencia del mundo desarrollado.



Aunque la salida de la crisis en ALC no es igual para todos (México y Brasil parecen despegar con fuerza, América Central con cierta debilidad y el Caribe está más rezagado), el shock financiero esperado por el alto número de bancos españoles en la región no se sucedió, fundamentalmente porque el financiamiento de éstos depende principalmente de depósitos locales. Además, las Inversiones Extranjeras Directas y las remesas europeas hacia las economías grandes de ALC son pequeñas (México y AC). Todo indica que el camino escogido es el correcto y más cuando se espera que se mantengan los precios de sus materias primas y la fuerte demanda china con casi un 40% del cobre mundial y el 10% del petróleo. En países como Ecuador y Venezuela la recuperación es más atenuada debido a las restricciones de oferta y política macroeconómicas, pero poseen grandes superávits comerciales. En Venezuela la incertidumbre en los negocios ha provocado una considerable fuga de capitales y deprimido la inversión privada.

La colonial dependencia sobre EE.UU y países desarrollados parece estar sustituyéndose por Brasil que copa el 25% de las exportaciones de Mercosur, el 45% de las exportaciones argentinas y de los cereales de Uruguay y Paraguay, además de ser una fuente importante de turismo e inversión. Aun así, el FMI considera que para fortalecer la confianza en los negocios a nivel regional, las políticas proteccionistas como las de Venezuela son contraproducentes y paralizan el crecimiento de sus economías a la vez que frenan sus relaciones financieras internacionales.

El FMI insiste en que para mejorar la productividad regional no es suficiente el recurrir a Instituciones Financieras Internacionales con algún grado de riesgo como PetroCaribe, organismo patrocinado por el gobierno bolivariano de Chávez. La sugerencia del FMI, es realizar cambios “estructurales” y “sostenibles” donde la banca privada desempeñe un papel más importante que la pública ya que esta última desconoce la tecnología para el otorgamiento de créditos, tarea que la privada es capaz de controlar fuertemente.

Otro consejo del FMI es la realización de provisiones para las pérdidas por préstamos que consiste en acumular reservas contra pérdidas previstas en tiempos de prosperidad, y luego emplearlas en tiempos de crisis. Bolivia, Colombia, Perú y Uruguay han instituido sistemas de provisiones dinámicas.