domingo, 13 de junio de 2010

Franklin Brito: Una Venezuela en Huelga de Hambre y Sed


Los 100 días en huelga de hambre y 7 de sed del agricultor venezolano Franklin Brito es poco o nada conocida fuera de Venezuela. El origen de su dramática protesta está en la expropiación, sin indemnización, en 2003, de su finca de 290 hectáreas. La Constitución venezolana garantiza, en el artículo 115, Título III, capítulo VII, el derecho de propiedad, y que sólo por causa de utilidad pública o interés social y sentencia firme y oportuna indemnización, puede ser declarada la expropiación de cualquier bien.

Hugo Chávez ha dicho, en unas de sus intervenciones: "Me declaro en guerra económica…. Vamos a ver quién puede más. Si ustedes burgueses de pacotilla, burgueses sin patria, o nosotros”. “El Gobierno Bolivariano debe desmontar el control de las élites burguesas sobre la tierra, las finanzas y el comercio”. ¡Qué extraña disonancia!, cuesta creer que un agricultor que explota sus tierras con su mujer y sus hijos, forme parte de un movimiento contrarrevolucionario y burgués.

El artículo 116, del mimo Título y capítulo anterior, decreta que sólo por vía de excepción se puede confiscar, mediante sentencia firme, los bienes de personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, responsables de delitos cometidos contra el patrimonio público, o se hayan enriquecido ilícitamente al amparo del Poder Público y los bienes provenientes de las actividades comerciales, financieras o cualesquiera otras vinculadas al tráfico ilícito de estupefacientes. Pues bien, el constitucionalista Chávez no ha pagado pero si expropiado. Y a Brito no se la imputado de nada.

La huelga de Brito se inició a mediados de 2009 delante de la oficina de la OEA en Caracas, y la suspendió el 4 de diciembre porque se le dijo que la expropiación se había anulado. El agricultor ha dicho públicamente: Lo que quiero es que legalicen mi indemnización o recuperar mi propiedad, con ello pongo fin a esta huelga. ¡Qué anarquía!

Brito ha exigido que la Cruz Roja se haga cargo de su salud, pero ni esta organización, ni autoridades eclesiásticas, ni el representante de la OEA en el país, han podido visitarle en el Hospital Militar de Caracas, donde está en contra de su voluntad.

El Líder revolucionario tiene un conflicto con muchas aristas: - Una individualidad que encarna el espíritu de resistencia de millones de venezolanos. - Al conducirse, ante el mundo, como el eje de una filosofía rectilínea, se ve obligado a descartar toda concesión porque ello supone el cerrar los ojos de “cuando en cuando”. – Debe convencer a todos de que “El Gran Placer” que espera a los revolucionarios no puede empañarse por un “Pequeño Disgusto”. – Y como decía Lenin, su otro ídolo: Conceder es legítimo sólo en 2 casos: Cuando el que concede se ha convencido de que tiene razón quien le exige que lo haga. O cuando se cede a una exigencia, que no es razonable ni beneficiosa para la causa, en evitación de males mayores. ¡Menudo dilema el del presidente!