sábado, 5 de marzo de 2011

LOS MÁS POBRES DEL MUNDO

La tesis optimista del Banco Mundial sobre los 214 millones de migrantes en el mundo, es lo positivo que resulta su desarraigo social, cultural y familiar para sus economías de origen, ya que tanto dolor se compensa con los 414 mil millones de dólares enviados por ellos, en 2009, a sus hogares. En otras palabras, poco importa que 1 de cada 33 personas en el mundo haya tenido que irse de su país y sufrir soledad, desarraigo cultural y familiar.

En 2009, los principales países beneficiarios de remesas fueron la India, China, México, Filipinas y Polonia, aunque la migración latinoamericana ha crecido poco si vemos los datos de 1990 en comparación a 2010: 7.130.326 y 7.480.267 respectivamente.

El que entre los países que más reciben migrantes del mundo se encuentren Estados Unidos con 42.8 millones, la Federación de Rusia con 12.3 millones, Alemania con 10,8 millones, Canadá con 7.2 millones, Francia con 6.7 millones, Reino Unido con 6.5 o España con 6.4, no debe hacernos pensar que se coincida con el beneplácito sino más bien con la necesidad de hacerlo.

Si no hubiere migración internacional, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la población de los países desarrollados con edades comprendidas entre 20-60 años disminuiría en un 23%, pasando de 741 millones a 571 millones en 2050, mientras que en África la población comprendida entre 20-64 años se triplicará, pasando de los 408 millones de 2005 a más de mil millones en 2050; la de Asia, en el mismo rango, aumentará un 40%, pasando de 2,21 mil millones en 2005 a 3,08 mil millones en 2050 y, la de América Latina y el Caribe, en el mismo rango, pasará de los 303 millones a 441 millones de personas.

Los países “civilizados” necesitan más que nunca de los países “bananeros” para seguir viviendo y, por supuesto para preservar el nuevo orden económico internacional.

domingo, 27 de febrero de 2011

Mundo Árabe: ¿Revueltas o Conspiraciones?

Múltiples opiniones intelectuales están surgiendo con las revueltas árabes. El presidente ruso Dmitri Medvédev, no cree que la corrupción y la pobreza sean las causas principales de estas revoluciones, dando, con ello, al traste con la teoría marciana de que la explotación de la clase obrera (que por cierto no se da en Cuba) es el acicate de toda revolución y, el único objetivo, en cuanto a la concentración de riqueza, de los grandes hombres del negocio global. Medvédev aplica, y seguro que sabe mucho, la teoría de la conspiración externa.

De acuerdo al Banco Mundial, Brasil con 194 millones de habitantes tiene más de 41 millones de personas viviendo por debajo de la línea de la pobreza (1-2$ diarios), la India con 1.155 millones, tiene más de 330 millones de personas, en México con 107 millones, unos 50 millones forman parte de ese universo y, en Estados Unidos el BM no se sabe cuántos existen.

Quizás Medvédev tenga algo de razón porque no se avizora nada convulsivo en estos 3 ejemplos y, porque en Túnez con 10.5 millones de habitantes y con 798 mil pobres, explotó la revolución. Sin embargo, Medvédev no debe olvidar que Egipto con una población de 83 millones tiene 14 millones viviendo con 1 ó 2 dólares al día y Rusia con 141 millones, 28 millones con 1 ó 2 dólares.

Por ahora nadie es capaz de explicar el cómo han surgido espontáneamente estos movimientos, pero las dudas asaltan a los más críticos llevándoles a pensar sobre los recursos energéticos y situaciones estratégicas de cada país, por ello Arabia Saudí, Venezuela, Cuba, Nigeria, Angola, Sudán, Libia y Argelia entre otros, están en la mira mundial sin importar los logros sociales que hayan alcanzado.

El mundo árabe y africano se nos antoja lejos y extremadamente disímil, otro tanto nos sucede con la revolución venezolana y cubana; pero algunos datos nos acercan sin duda alguna y, la teoría de Medvédev cobra cierto valor. La esperanza de vida al nacer que en Estados Unidos es de 78 años (la misma que en Kuwait y Cuba), es apenas 4 años mejor que las de Libia, Túnez y Venezuela de 74 años que a su vez son superiores a las de China con 73, Rusia con 68 (la misma que Irak), y la India con 64 años. De acuerdo a la ONU, los emiratos árabes unidos, con el puesto 32, Qatar con el 38, Kuwait con el 47, Libia con el 53, Arabia Saudita con el 55, Rusia en el 65, Irán con el 70, Venezuela con el 75 y Túnez con el 81, forman parte de los países con alto desarrollo humano, pero China con 89 y la India con el 119 no forman parte de este selecto grupo y, no pasa nada.

Es posible que estemos entrando en la construcción de un nuevo orden económico mundial donde las relaciones de poder se supediten a pensamientos estratégicos de explotación y sobrevivencia y no a la ideología imaginaria del capital.