domingo, 10 de abril de 2011

Colombia – TLC – Estados Unidos: Un bloque de Poder.

El Tratado de Libre Comercio, que después de 6 años [Álvaro Uribe – G. Bush hijo] se intenta desbloquear y re-firmar entre Colombia y Estados Unidos no recibe la bendición – tampoco les hace falta – de Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela, el planteamiento ideológico y geopolítico con los países que ya lo integran (México, Chile, Canadá, Costa Rica, R. Dominicana, Guatemala, Honduras y Nicaragua) difiere, en el presente, radicalmente. TLC es contrario a MERCOSUR, PetroCaribe, Banco del Sur o ALBA, buscadores de la autogestión y posicionamiento como bloque proteccionista regional.

Es importante recordar la postura norteamericana y más allá de ella; en julio de 2008 el Miami Herald publicaba la declaración del presidente G. W. Bush sobre la necesidad de ayudar a Colombia en su enfrentamiento con un vecino “hostil y antiestadounidense” como Chávez. Bush presentaba el TLC como "una urgente prioridad de seguridad nacional". Ese mismo año, en abril, Rupert Murdoch amigo y defensor de Ronald Reagan y Bush (dueño de 100 canales de televisión por cable, 175 periódicos, 9 satélites televisivos, 40 editoriales de revistas, 450 estaciones de televisión y 1 estudio de cine y, con una capacidad de influencia sobre 908 millones de personas) elogiaba al presidente de Colombia, Álvaro Uribe y pedía la aprobación del TLC por considerar que el Presidente Chávez era un 'thugs' (sinvergüenza). En noviembre el New York Times resaltaba la necesidad de apoyar al gobierno del presidente Uribe por ser "un aliado importante en un rincón volátil de Sudamérica", donde los Gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador eran enemigos de Estados Unidos.

Hoy, el Washington Post considera que la postura demócrata norteamericana obedece no tanto al incremento de las exportaciones estadounidenses hacia Colombia (1000 millones de dólares más), como si al mensaje político enviado en momentos que parecen ir contra Estados Unidos: Dejar de ser la superpotencia mundial, tener la menor influencia política y económica, jamás pensada, en ALC y dar paso a China como segundo principal actor económico y financiero de la región. Parece, así, que las exigencias de Obama a Colombia sobre la seguridad de sindicalistas y la reubicación y protección de profesores, es una postura de galería. También se impone el que los Estados Unidos reaccionan por el cada vez mayor acercamiento comercial y económico entre los presidentes Santos y Chávez y, aunque no se prevé ninguna contaminación política, la reanudación de las relaciones colombo-venezolanas pudieran repercutir en los planes militares y de defensa norteamericanos (7 bases) en el país del sur. Colombia ha recibido ayuda económica y militar norteamericana por unos 6 mil millones de dólares desde 2000 a 2011 destinados a su policía; en 2005 EEUU ya compraba el 40% de las exportaciones colombianas (cárnicos, lácteos, flores, frutas…).


El escenario para la firma, esperada para finales de este año, es mejor al de Uribe (2006) que presentaba los falsos positivos y su inclusión en un listado de las agencias de espionaje norteamericanas como amigo de Pablo Escobar. Ahora al Plan de Acción norteamericano se le suma la presencia, en el otrora patio trasero, de un bloque de países socialistas y las bases militares. Sin embargo hay quien piensa que sin la aprobación, al unísono, del tratado con Corea del Sur, Panamá y Colombia las posibilidades de cristalizar el apretón de manos en una firma gubernamental, tiene pocas posibilidades de éxito.