domingo, 18 de julio de 2010

Jugando a la confusión política.

Si tuviese que dar su voto mañana, ¿por cuál ideología democrática se demarcaría? ¿Está convencido de que sabe diferenciar un partido de la derecha, de la socialdemocracia, del centro-izquierda, del centro, de la izquierda?

Si un líder político le pide su voto diciéndole: Que aplicará los valores esenciales de la centro-izquierda y potenciará el mundo de la empresa evitando toda intromisión del Estado. ¿Pensaría usted que esta organización política es de izquierda o de derecha, de dónde? Es La Tercera Vía de Tony Blair.

Y, si el líder le ofrece un modelo de desarrollo endógeno (desde dentro de su sociedad) que busca una mayor integración social dentro de un mundo que brindará alternativas a lo privado y lo público, pero que el estado se democratizará permitiendo emprendimientos familiares, la creación de cooperativas, el Comercio Justo, un consumo que se caracterizaría por ser comunitario y no individual, y que ese nuevo mundo cambiará para siempre la cultura predominante al potenciar la autogestión y crear Misiones que garanticen los derechos fundamentales a la población, con énfasis en los sectores más excluidos. ¿Pensaría usted que está delante de la izquierda más progresista o de la centro izquierda? Con la excepción de la oportunidad empresarial, que puede llevarnos a dudar, como así lo hacen importantes intelectuales, es la Economía Solidaria de Socialismo del Siglo XXI de Hugo Chávez.

Y si otro líder le dice que con él el Estado tendrá la presencia necesaria en el mundo económico, que apoyará la inclusión social a través de la meritocracia haciéndola más competitiva. Que apoyará el libre comercio, el desarrollo exógeno (desde fuera de su sociedad), potenciando las organizaciones sin fines de lucro para que reinviertan sus beneficios en fines sociales y ambientales; que creará empresas semi-publicas y cooperativas. ¿Dónde situaría a esta organización, en centro-izquierda, centro-derecha? Esta corriente la encuentra en Europa, Estados Unidos y Japón.

Y si otro más le dijera que con él la propiedad privada si minimizaría hasta alcanzar el mayor equilibrio social del mundo, que el Estado pasaría por etapas hasta desaparecer porque existirían grandes Empresas de Producción Social que apoyarían el Comercio Justo y la agricultura para garantizar el alimento a la sociedad general; que con el apoyo de esas grandes empresas y de miles de pequeñas y medianas empresas, donde participaría usted mismo para asegurar que prevaleciera el consumo y no el valor de cambio de nuestra actual sociedad, reduciría para siempre la deficiencia de la salud pública, la educación y la diferenciación social y la pobreza existente. ¿Dónde encajaría esta alternativa? Es el marxismo y una de las alternativas de la izquierda progresista latinoamericana.

Vivimos en un mundo, donde situarse, a excepción del marxismo, en un lado no implica estar a contracorriente. Pero, a pesar de todo, no es un mundo confuso, nadie duda que exista una dictadura capitalista mundial, que existen más de 1200 mil millones de personas pasando hambre. Que hay una lucha por el nuevo reparto del mundo; que, de repente, del individualismo capitalista renace la conciencia de clase. Que las leyes capitalistas que asumíamos como eternas, están equivocadas.

Queda, en el crecimiento de nuestras conciencias, el elegir a nuestros líderes políticos, para, de esta forma, ver en cada una de sus decisiones, la nuestra. Saber que la duda surge cuando el mensaje es confuso pero que siempre implicará una determinada relación social.