miércoles, 30 de junio de 2010

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL YA ES MULTIPOLAR Y CAPITALISTA

La propuesta americana y europea sobre el nuevo orden económico mundial tiene su origen no en un análisis histórico, sino en el cercano 2008, las subprimes y en la falta de control sobre Wall Street.

La reforma financiera de Obama, choca con los privilegiados del mundo: Los Rotshchild, la empresa Goldman Sachs, demandada por fraude financiero y especializada en vender hipotecas subprimes mientras apostaba a que las mismas se desplomarían, JP Morgan Chase, Citigroup, Bank of America, Wells Fargo, y más; que nos llevó al mayor estancamiento económico y financiero conocido.

Pero ni Obama, ni el G8/20 quieren liquidar el capitalismo, sólo controlar el riesgo financiero de las grandes empresas porque ponen en peligro la continuidad de la monarquía americana, ahora multipolar: China, Europa, India, Brasil, Rusia, Japón y EE.UU. La frase de Obama en Canadá no deja dudas: "Cada país establece su camino, pero todos nos movemos en la misma dirección". Es el reacomodo del capital que ahora se autoexige un mayor y mejor orden de beneficios.

Lo que estamos viviendo no es una simple reforma política donde unos pagarán más y otros menos impuestos, es una tensión por la situación actual de las tradicionales oligarquías, los nuevos gobiernos y las clases sociales deprimidas.

Si, por un lado, los privilegios del capital (planificar el mercado) son la clave de su fracaso; la reforma financiera de Obama con más poder a la Reserva Federal para crear comisiones que protejan al consumidor de hipotecas o tarjetas de crédito dolosas, mayor supervisión sobre las bonificaciones de los altos directivos y sus indemnizaciones al ser despedidos y; la drástica reducción del déficit en Europa; son, por otro, la alternativa de su continuidad.

¿Quién establecerá los precios de esas hipotecas, salarios e indemnizaciones? ¿Quién elegirá el panel de expertos? ¿Quién garantizará la equidad de la toma de decisiones? Un nuevo bloque de poder del nuevo orden mundial. Y ¿por qué autolimitarse tanto? porque es mejor este reordenamiento, ralentizador, que el derribo por la fuerza de todo un sistema que ya dura demasiado. Es un nuevo uso de la fuerza económica.

La propuesta que Obama llevó a Canadá y seguida por los países emergentes, contrastó con la europea. Y es esta disparidad de opiniones lo que describe el nuevo escenario mundial y la nueva articulación de los mercados internos.

EL NUEVO ORDEN MUNDIAL YA ES MULTIPOLAR Y CAPITALISTA

La propuesta americana y europea sobre el nuevo orden económico mundial tiene su origen no en un análisis histórico, sino en el cercano 2008, las subprimes y en la falta de control sobre Wall Street.

La reforma financiera de Obama, choca con los privilegiados del mundo: Los Rotshchild, la empresa Goldman Sachs, demandada por fraude financiero y especializada en vender hipotecas subprimes mientras apostaba a que las mismas se desplomarían, JP Morgan Chase, Citigroup, Bank of America, Wells Fargo, y más; que nos llevó al mayor estancamiento económico y financiero conocido.

Pero ni Obama, ni el G8/20 quieren liquidar el capitalismo, sólo controlar el riesgo financiero de las grandes empresas porque ponen en peligro la continuidad de la monarquía americana, ahora multipolar: China, Europa, India, Brasil, Rusia, Japón y EE.UU. La frase de Obama en Canadá no deja dudas: "Cada país establece su camino, pero todos nos movemos en la misma dirección". Es el reacomodo del capital que ahora se autoexige un mayor y mejor orden de beneficios.

Lo que estamos viviendo no es una simple reforma política donde unos pagarán más y otros menos impuestos, es una tensión por la situación actual de las tradicionales oligarquías, los nuevos gobiernos y las clases sociales deprimidas.

Si, por un lado, los privilegios del capital (planificar el mercado) son la clave de su fracaso; la reforma financiera de Obama con más poder a la Reserva Federal para crear comisiones que protejan al consumidor de hipotecas o tarjetas de crédito dolosas, mayor supervisión sobre las bonificaciones de los altos directivos y sus indemnizaciones al ser despedidos y; la drástica reducción del déficit en Europa; son, por otro, la alternativa de su continuidad.

¿Quién establecerá los precios de esas hipotecas, salarios e indemnizaciones? ¿Quién elegirá el panel de expertos? ¿Quién garantizará la equidad de la toma de decisiones? Un nuevo bloque de poder del nuevo orden mundial. Y ¿por qué autolimitarse tanto? porque es mejor este reordenamiento, ralentizador, que el derribo por la fuerza de todo un sistema que ya dura demasiado. Es un nuevo uso de la fuerza económica.

La propuesta que Obama llevó a Canadá y seguida por los países emergentes, contrastó con la europea. Y es esta disparidad de opiniones lo que describe el nuevo escenario mundial y la nueva articulación de los mercados internos.