sábado, 8 de enero de 2011

El Burgués


Si usted ha tenido la oportunidad de explotar su entorno natural, social, intelectual, político o religioso a través de su actividad económica, y convertido, a aquellos, en sujetos políticos y económicos activos de su causa, usted es un burgués y los otros también. Pero mientras a usted le hace falta la actividad empresarial, a los segundos sólo la intención de ser burgués. Vargas Llosa y La China fueron de izquierdas.

Para el burgués el camino único es el poder económico porque en él está el origen de todo valor de cambio y solución de conflictos; cultiva la energía como un valor moral y, la prudencia y la probidad como accidentes. De hecho la historia parece decir que ese ha sido el camino del burgués: el deseo incontenible de enriquecerse.

El centro de todo, no obstante, para el burgués, no es la economía sino el hombre como herramienta de consumo, cohesión social y productor de mercancías, salarios y clases. La paradoja está en que (en la génesis de la actual crisis) mientras el asalariado ahorraba (endeudaba) su dinero para adquirir mejor calidad de vida (satisfacer nuevas necesidades), el burgués lo gastaba (invertía) para concentrar más poder; sin duda, este boato tenía que acaecer en la crisis que vivimos. Los mil millones de pobres de hoy, como siempre, van por otro lado, quedan sometidos a las reglas de la iglesia oficial, al poder de Dios, a la observancia de que no hay otro remedio que esperar la piedad del creador o del líder de turno: Chávez en la tragedia de Higuerote, Santos en la de Colombia o René Préval en la de Haití.

Para el burgués su meta siempre es cuantitativa (intercambiable) y generadora de desconocimiento, ambas características capaces de concebir conductas ideológicas predecibles. Esas características son el nimbo burgués, sin ellas no tendría capacidad de arraigar costumbres que limitan la libertad de acción.

No hay comentarios: