miércoles, 27 de abril de 2011

El 6º Congreso Cubano y el Nuevo Socialismo

El “profundo carácter democrático y transparente” (Raúl Castro) del recién finalizado 6º congreso del partido comunista cubano es difícilmente entendible por quienes piensan que la democracia no es sólo establecer un límite de 10 años para el ejercicio del poder “fundamental” (Fidel Castro), y menos cuando se preestablece la regla del Orden – Disciplina – Exigencia, quizá esta última mejor llamada Obediencia.

El sistema dirigido cubano no permite las palabras mercado o socialista opositor; la actualización de su modelo económico no obedece a la corrupción política o económica, más bien surge del cuestionamiento y fracaso del orden interno establecido. Así lo ha dicho Raúl Castro cuando reconoce que el principal enemigo de la isla ha sido su propia deficiencia. Lección que el bloque de países socialistas latinoamericanos debería tomar.

52 años de revolución cubana y todavía existen “miles y miles” (R. Castro) de hectáreas de superficie cultivable sin trabajar, 624 meses de Orden – Disciplina y Exigencia social y el Partido, como en cualquiera otro, es quien ostenta el verdadero poder de decisión, 18.980 días de revolución y 49 años como ministro de las Fuerzas armadas Revolucionarias y es ahora cuando Raúl Castro está convencido de que la mentalidad revolucionaria ha estado atada a dogmas y criterios obsoletos. Seguro es que no se refiere sólo a la igualdad de género, donde ahora las mujeres representarán el 41.7% frente al 13.3% anterior, donde los negros y mestizos tendrán una representación del 31.3%, o a la negación de los “veteranos de la generación histórica” de contar con una “reserva” de sustitutos. En otras palabras: es la aceptación de lo que ha sido negado insistentemente en esos 52 años revolucionarios.

Para quienes pensamos que el socialismo es la mejor alternativa de todas, es difícil asumir como lección magistral el que un líder de 85 años de edad (Fidel Castro), solicite no ser incluido a una nueva candidatura del Comité Central o que Raúl Castro (80) diga que asume su última tarea. Pudiéramos pensar que la valiente autocrítica llega a ellos mismos como ejemplos cuando hablan de una mentalidad de línea recta, pero la media de 66 años de edad de su rejuvenecido Buró Político nos dice que la vieja Cuba continuará en el mando.

El Nuevo socialismo cubano toma, como siempre, la Disciplina y la Obediencia castrense como valores fundamentales para la derrota de un reformismo más hostil y sofisticado, que monopoliza globalmente la desinformación y el nuevo coloniaje.

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